lunes, marzo 30, 2015

El capitán del avión al copiloto: “¡Abre la maldita puerta!”

"¡Abre la maldita puerta!” gritó el comandante del avión de la compañía Germanwings a su copiloto que llevaba el aparato contra la montaña, suscitando los gritos de pánico de los pasajeros pocos minutos antes de estrellarse.
Estas informaciones, procedentes de la caja negra que registraba el sonido ambiente de la cabina, fueron reveladas ayer por la edición dominical del diario alemán Bild.
El fiscal de Marsella explicó el jueves que esta grabación puso de manifiesto que el copiloto trancó la puerta de la cabina cuando el comandante se fue al baño, poco antes de estrellar el avión. Pero no detalló los diálogos entre los dos hombres.
Según Bild, durante los 20 primeros minutos del vuelo, el comandante Patrick S. y su copiloto Andreas Lubitz hicieron comentarios banales.
El comandante explica por ejemplo a su copiloto que no ha tenido tiempo de ir al baño antes de despegar en Barcelona.
Asimismo, el piloto pide a Lubitz que prepare el aterrizaje en Düsseldorf. Este último dice "espero”, "vamos a ver”.
El piloto sale para ir un momento al baño y el avión empieza a descender. Poco después, se oye un "ruido fuerte” como si alguien tratara de entrar en la cabina. Después la voz del piloto que dice: "¡Por el amor de Dios, abre la puerta!”. De fondo, los pasajeros empiezan a gritar. El comandante trata de abrir la puerta con ayuda de un hacha y después grita: "¡Abre la maldita puerta!”.
Poco después el Airbus toca la montaña y se oyen los gritos desesperados de los pasajeros. Inmediatamente después, el aparato se estrella a 700 km/hora y se desintegra con sus 150 ocupantes en los Alpes franceses.

Ayer, el tabloide alemán afirmó que la novia del copiloto, una profesora de matemáticas e inglés que vivía con Lubitz cerca de Düsseldorf, le habría dicho a sus alumnos que está embarazada de él. El diario no cita, sin embargo, ninguna fuente que pueda corroborar esta información.

Desastre aéreo
Enfermo Andreas Lubitz estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina que le hacía temer el fin de su carrera como piloto.
Novia Señaló que Andreas Lubitz era un hombre "sano y deportista” que tenía muy presente el papel que le correspondía como copiloto.

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