domingo, julio 07, 2013

Rubén Saavedra Soto: “Nadie requisó el avión FAB 001”

Antes de despegar de Moscú, ustedes ya sabían que no podrían aterrizar en Lisboa, ¿no es cierto?

La tripulación, muchas horas antes de despegar, fue notificada por el Gobierno de Portugal de que no podríamos aterrizar en Lisboa por problemas técnicos. Por eso se logró autorización del Gobierno español para hacer escala técnica en Islas Canarias.

Cuando Portugal dijo que no, ¿pensaron que era algo raro?

En absoluto, y principalmente porque el Gobierno portugués comunicó que eran problemas técnicos. En ese momento no se nos restringió el uso del espacio aéreo. Lo que no podíamos hacer era aterrizar.

¿El comandante les informó?

Sí, salió de la cabina y nos puso al tanto de esa notificación..

¿Cómo reaccionó el presidente?, ¿ustedes?

Con mucha sorpresa. Cualquier situación de estas debe anunciarse con muchas horas de anticipación, no así. Se hizo una evaluación de lo que debíamos hacer en ese momento. Cuáles eran las opciones. Además, el propio comandante de la tripulación nos dijo que aparentemente era por un rumor que decía que el señor (Edward) Snowden estaba en el avión.

¿Cómo supo eso el comandante?, ¿ se lo comunicaron?

Ha tenido que ser así y eso nos sorprendió doblemente.

¿Qué posibilidades barajaron ante la situación?

Regresar a Moscú. La otra, aunque más remota, era obviar el espacio aéreo francés y llegar a nuestro destino en Islas Canarias, pero no teníamos autorizaciones de Estados colindantes para hacer eso. Vimos que lo más pertinente era llegar al aeropuerto más cercano. Estábamos en espacio aéreo austriaco, así que la elección fue rápida.

¿Cómo solicitaron permiso para aterrizar en Viena?

Solicitamos el aterrizaje por situación de emergencia, como precaución ante un eventual problema, como la falta de combustible. Los tripulantes comunicaron eso a la torre de control de Viena y en aplicación a esos principios de aeronáutica, autorizaron el aterrizaje. Volamos otra hora, readecuaron el plan de vuelo. El presidente, en ese lapso, se comunicó telefónicamente con el vicepresidente y el canciller para anunciarles lo que pasaba.

¿Cómo estuvo el ambiente, generó tensión en la nave?

Por supuesto, había mucha preocupación por el riesgo en que se puso la vida del presidente. Vimos las opciones y luego la capacidad de combustible que tenía el avión. Por eso, por un tema de precautelar la seguridad del mandatario, es que optamos por Viena.

¿Qué pasó en Viena?

Bajaron las escalinatas de la nave dos tripulantes, el comandante y otro oficial. Dos vehículos se acercaron. De uno de ellos bajaron dos funcionarios civiles, un hombre y una mujer con chaquetas fosforescentes, y del otro, dos policías. Nuestros tripulantes hablaron con ellos y luego uno de ellos nos informó de que explicaron las causas del aterrizaje. Pidieron los pasaportes, no tuvimos inconvenientes en mostrarlos, los bajaron, ellos los revisaron rápidamente y los devolvieron. No hubo ninguna requisa de los documentos ni decomiso. Luego subió las escaleras un funcionario civil del aeropuerto.

Yo salí y lo esperé en la puerta. Le expliqué que era el avión presidencial, que a bordo estaba el presidente Morales y su comitiva. Señalé que hicimos el aterrizaje por una situación de emergencia, por precaución. Aceptó la explicación, me dio la mano, y bajó las escaleras.

Luego subió un miembro de nuestra tripulación y nos dijo que en 10 minutos regresaría con información. En ese tiempo, vino otro funcionario civil, habló con los tripulantes que nos indicaron que no había problema, que nuestra permanencia estaba autorizada, que cumplimos los procedimientos para el aterrizaje de emergencia y que el Gobierno austriaco no tenía observación. Nos invitó a un salón del aeropuerto donde estuvimos casi 14 horas.

¿Se complicaron las cosas?

Tras el aterrizaje, la tripulación recibió la notificación de Portugal y de Italia que habían cancelado las autorizaciones de sobrevuelo y aterrizaje en sus territorios. No hubo contacto con ninguno de ellos. No fue una decisión aislada de un Gobierno, fue planificada.

¿Y España?

Apareció el embajador de España en Austria, Alberto Carnero, con dos funcionarios de la embajada, pidiendo hablar con el presidente, quien lo recibió. Ahí le pidió que le permita revisar el avión, no mencionó a Snowden. El presidente, con firmeza, pero con serenidad, le recordó que el avión gozaba de inmunidad y no correspondía.

El presidente preguntó si la requisa era una condición para permitir el paso del avión, y el embajador dijo que sí. Se fue.

¿Se retiró?

Regresó después de varios minutos. Le reiteró al presidente el pedido de revisar el avión y volvió a encontrarse con una negativa. Evo Morales dejó claro que la única forma de hacerlo sería a la fuerza. Ahí surgió la propuesta, el embajador dijo que no iba a subir a la fuerza, pero si usted me invitara un cafecito dentro del avión... El presidente reaccionó, le dijo que no era un mentiroso, ni un delincuente.

El embajador no mencionó específicamente a Snowden. Sí lo hizo nuestro mandatario, le dijo “mire, señor, nosotros no llevamos a ninguna persona, menos a ese señor Snowden”. Eso desconcertó al diplomático español, él estaba seguro de que el estadounidense estaba en el avión. Con la respuesta, se sintió confundido.

Carnero señaló que iba a consultar con sus amigos, una respuesta que nos dejó dudas, porque por lo general uno consulta con su Gobierno, no con amigos, asumimos que se refería a los de EEUU. Y dijo que iba a retornar a las 9:00 de la mañana, eran las 5:00 de la madrugada.

El presidente recibió llamadas de los presidentes de Venezuela, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Perú, se sintió fortalecido, aunque siempre estuvo sereno.

Francia, Portugal e Italia levantaron sus medidas

Recibimos las notificaciones, una a una, desde antes de la segunda visita del embajador. El panorama se despejó. España se quedó sola.

¿Y qué pasó?

El embajador apareció a las 9:30, le dijo a Evo Morales que estaba todo solucionado, el presidente le agradeció.

¿No hubo requisa?

No hubo, para nada.

La Cancillería austriaca certificó que Snowden no estaba en la nave, ¿entraron?

Ninguna autoridad, de ningún país, requisó el avión presidencial FAB-001. Esa es la verdad.

La certificación la hizo solo en base a la buena fe.

Por supuesto, el presidente Evo Morales lo dijo, y su palabra fue asumida como verdad absoluta por las autoridades austriacas. Lo valoramos y destacamos.

Perfil

Rubén Saavedra Soto

Abogado

Dos veces en la cartera
El 27 de septiembre del 2011, en Palacio de Gobierno, fue posesionado como Ministro de Defensa, cargo que ejerce por segunda vez. El primer periodo , lo ejerció del 23 de enero del 2010 al 4 de abril del 2011.

Puso a andar la diremar
El 5 de abril del 2011, asumió la Dirección General Ejecutiva de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, con la responsabilidad de encaminar la demanda marítima en tribunales internacionales para posibilitar una salida soberana de Bolivia en el Océano Pacífico.




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